EL MAZDA CX-5

¿Cómo presentar de forma original el control que ofrece la tracción total del Mazda CX-5? Con jabón, hielo y gelatina, por supuesto.

Al distribuir de forma óptima el par a las cuatro ruedas mediante 27 sensores que analizan la situación de adherencia 200 veces por segundo, el sistema de tracción total del Mazda CX-5 (i-Activ AWD) promete un manejo óptimo en todas las situaciones. Pero, ¿cómo lo demuestran? Ese es el reto del vídeo que se comparte a continuación, cuyo título «will it grip» recuerda a los vídeos «will it drift» de Autocar, que se divierten, al revés, con todo tipo de vehículos como un coche fúnebre, un Renault Twizy o un carrito de golf.

En un escenario más bien sobrio pero con un toque de fantasía, se plantearon tres complicadas situaciones de agarre en una curva que debía tomar el todoterreno japonés. Primero con 5.000 botes de gelatina. Luego con unos 7.000 cubitos de hielo (grandes) y finalmente con unos 200 litros de jabón. Hay poco suspenso en que el CX-5 triunfe sobre la adversidad en todo momento. Todo ello está cuidadosamente resaltado por tomas a cámara lenta. Y pensar que si el CX-5 no se desvía de un camino hecho de escarcha, hielo o jabón, no debería parpadear ante la lluvia, la nieve, el aguanieve, la arena o el barro.

A modo de recordatorio, el Mazda CX-S está disponible en versiones de gasolina y diésel y en una gama de potencias que van desde los 150 hasta los 194 CV, señala Crestanevada, concesionario de coches de segunda mano en Madrid. Sinceramente, este vehículo es una compra muy racional, incluso cuando es usado. También hay versiones de 2 ruedas motrices, pero no se tratan en este artículo.